domingo, 4 de noviembre de 2007

Las abejas lo hacen...


Sobre una flor, en público a pleno sol...
Hay que amar o si no se atrofia todo dentro de uno. No es un gran descubrimiento, pero pocos los practican en realidad. Es un estilo poco a la moda, demasiado complejo dicen algunos. Cole Porter lo sabía... por eso escribió la canción.

Bueno y si no se van a la porra.

Una tremenda polilla ha entrado en mi habitación, es gorda, asquerosamente gorda y se mete dentro de la pantalla de la luz, choca, se sale y luego se vuelve a meter. Es absurdamente gorda. La odio. Ahora ya no está, seguramente está poniendo sus asquerosos huevos en mi valiosa ropa. En mi preciosa ropa. No tengo problemas con las abejas, me caen simpáticas. Pero las polillas gordas me dan asco. Las pequeñas me dan lo mismo, hasta me caen un poco bien. En otros países las fríen y se las comen. Qué bueno. Las gordas digo yo, las chicas no merecen el esfuerzo. Ahora debo ir a acostarme y me voy a encontrar a solas, el televisor, yo y la polilla gorda. Eso es lo malo de habitar las alcantarillas. Un poco de luz y se cuelan para llegar hasta mi preciosa pantalla, mi valiosa pantalla de mi preciado televisor. Cochinas polillas. Palometas les dicen en otros lados creo?, No, no era palometa, eran palomillas? O algo así. Mariposas nocturnas también, parece. Qué descaro, si yo fuera mariposa me sentiría terriblemente menoscavada. Esperen... creo que ahí está, la he escuchado ... por aquí anda...

... he vuelto, no había nada. Pero me duele la cabeza asi que me iré a la cama. Buenas noches. Ojalá que no sean atacados por las polillas. Mátenlas cuando tengan la oportunidad de hacerlo. ¡No se arrepentirán!