domingo, 9 de diciembre de 2007

La escena del crimen


No alcancé a pagar las cuentas otra vez. Estoy sin luz, sin agua, ni gas, ni teléfono, ni t.v cable, ni me llega el diario, ni la leche, ni el agua soda, ni el cartero me entrega mis cartas ya ¿Estaré muerta acaso? Hace tiempo que no alcanzo a pagar las cuentas, a lo mejor morí atropellada en el entretanto de pagar una y otra... y aún no me he dado cuenta.

O tal vez no, tal vez sigo viva y atrapada en este lugar, yendo de un lado para el otro, sin saber exactamente quién soy, queriendo ser la dueña de casa que describí. Tal vez me perdí entre la multitud y ahora no encuentro el camino de regreso. Y sigo usando este uniforme porque es lo único que tengo en este mundo, tal vez la gente piensa que soy una más de ellos. Y me he ido auto-convenciendo que realmente soy lo que este traje dice que soy. Pero ya estoy cansada de tanto andar, de dar tumbos por tantas partes sin saber realmente nada

¿Tendré algún grado de demencia, sufriré de alguna terrible enfermedad y no lo sé?

Sería mejor desaparecer del todo, sin dejar rastros, morir aplastada por una gran muralla invisible para que todos crean que fue sólo un ataque. Pero tal vez nunca me encuentren, no valdría el esfuerzo de construir mi gran muralla, si finalmente no será necesario morir, ¿es que acaso alguien me está buscando?

Tal vez soy tan sólo un pensamiento que alguien dejó escapar para librarse de la culpa.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Las abejas lo hacen...


Sobre una flor, en público a pleno sol...
Hay que amar o si no se atrofia todo dentro de uno. No es un gran descubrimiento, pero pocos los practican en realidad. Es un estilo poco a la moda, demasiado complejo dicen algunos. Cole Porter lo sabía... por eso escribió la canción.

Bueno y si no se van a la porra.

Una tremenda polilla ha entrado en mi habitación, es gorda, asquerosamente gorda y se mete dentro de la pantalla de la luz, choca, se sale y luego se vuelve a meter. Es absurdamente gorda. La odio. Ahora ya no está, seguramente está poniendo sus asquerosos huevos en mi valiosa ropa. En mi preciosa ropa. No tengo problemas con las abejas, me caen simpáticas. Pero las polillas gordas me dan asco. Las pequeñas me dan lo mismo, hasta me caen un poco bien. En otros países las fríen y se las comen. Qué bueno. Las gordas digo yo, las chicas no merecen el esfuerzo. Ahora debo ir a acostarme y me voy a encontrar a solas, el televisor, yo y la polilla gorda. Eso es lo malo de habitar las alcantarillas. Un poco de luz y se cuelan para llegar hasta mi preciosa pantalla, mi valiosa pantalla de mi preciado televisor. Cochinas polillas. Palometas les dicen en otros lados creo?, No, no era palometa, eran palomillas? O algo así. Mariposas nocturnas también, parece. Qué descaro, si yo fuera mariposa me sentiría terriblemente menoscavada. Esperen... creo que ahí está, la he escuchado ... por aquí anda...

... he vuelto, no había nada. Pero me duele la cabeza asi que me iré a la cama. Buenas noches. Ojalá que no sean atacados por las polillas. Mátenlas cuando tengan la oportunidad de hacerlo. ¡No se arrepentirán!

domingo, 14 de octubre de 2007

A que tú no sabes...

Mira, yo a veces me invento esos recuerdos de pacotilla porque se me hace que voy a funcionar mejor, pero la verdad es que me dejan con un resabio amargo en la boca. Y siempre caigo en el jueguito de la ensoñación sobre tiempos pasados -falsos- mejores. Y la cosa es que al final termino despreciando mi humilde infancia solitaria (que te apuesto que es tantísimo mejor que varias de las que yo he oído hablar). No es que quiera jactarme -una jactancia media enfermiza encuentro yo, por eso no la quiero- de haber sido una pobrecita niña, porque mientras fui niña, fíjate que lo pasaba bastante mejor que cuando crecí y pude tener acceso a todas esas experiencias de gente mayor. Por eso terminé metida acá. Buscando lo que había perdido hace años ya, cuando era tan niña que un día era eterno y una tarde era terriblemente larga que la leche (el vaso o en mi caso, jarro de leche con chocolate, té o café y el pan con algo que me daban de once) era la separación elemental. Después de eso había que aprovechar al máximo los últimos momentos de juego porque se venía la cepillada de dientes y la cama y en mi caso, las tareas. Era el momento de reflexión por excelencia: Quedó bonita esa torta de barro, cómo podemos mejorar la casita armada de palos y frazadas, de qué se me puede enfermar la guagua ahora... las hortensias podrían ser coliflores y los pétalos de rosas, rodajas de tomate para la comida de a mentiritas.

Y realmente éramos brillantes.

Y de vez en cuando veía las nubes pasar recostada sobre el techo y el misterio de todas las cosas secretas que ocurrían a mi alrededor me parecía un chiste, pues yo sentía saberlo todo y nada me parecía demasiado extraño como para no creer en su existencia.
La familia se desmoronaba una y otra vez y los días venían una y otra vez, entonces nada me parecía particularmente terrible.
Ahora los días prácticamente ni aterrizan cerca mío y todo me parece terrible. La noche se ha estacionado de forma permanente allá afuera. Los recuerdos de pacotilla se han convertido en una adicción y me he olvidado de todos los momentos reales y en lo que realmente me iba a convertir antes de llegar a ser esto que soy ahora. Así que no te recomiendo que sigas fantaseando con aquello que nunca tuviste porque seguramente ni lo necesitabas.

viernes, 7 de septiembre de 2007

La actriz secreta



-Realmente debería estar filmándome acá- pensaba ella. -es una pérdida de película... si yo la hubiera dirigido, habría caminado por acá... luego me hubiera sentado en la arena y....- decía ella en voz alta. El tema de la película era bastante melancólico y a ella no le cabía en la cabeza que desaprovecharan esas nubecillas volantes que invadían la playa; no había nadie más alrededor que la maquilladora y la directora de arte, que eran las únicas, junto al productor, que parecían apreciar la bruma matinal.

-Realmente deberían estar filmándome acá... si de mí dependiera, me habría puesto justo en esa curva... Dios mío, es tan angustiantemente hermoso-

La maquilladora desde lejos le gritaba que regresara al set, debía recojer sus cosas, pues la filmación se ha suspendido por el "mal" clima.

viernes, 10 de agosto de 2007

Tú, insoportable ser de mercurio.

...Tal vez porque soy una perdedora de tomo y lomo y tú eres un ganador auto-negado. Renegociando por siempre una condonación de tu inmensa deuda de auto-amor...

Era así?

Que siempre vengo a hablar de
ti y termino hablando de mí, cuando no es todo más que un chiste y digo... claro eres tú. Como si fueras otro, y no eres más que yo, disfrazado de tú. Eres mi más frío espejo. Me pregunto a veces... qué estarás pensando, cuando involuntaria-mente dibujas escenas secretas en tu cabeza, escenas privadas que no son más que mis propias escenas privadas también. Y no importa. Porque somos cerdos y comemos de todo.

Esta noche apunté una cita con un ser angelical que me dijo que lo reconocería por su falta de criterio y sus pésimos modales. Bendito! -exclamé yo- Así como podría confundirte con otro...

Entonces tendré que vestir a mi espejo de gala... ponerle todos sus moños, agraciar mis muecas, desinflamar mis párpados. Y estaré sentada otra vez acá, hablando contigo, que no es otro más que yo, deformado por la mala calidad de mi espejo... Yo... tu insoportable ser de
saturno.

(textura imaginaria de fondo: el terciopelo gastado de un sillón viejo.)

domingo, 5 de agosto de 2007

Aquí, adentro, en el centro.


Los posillos contienen algo más hoy que cereal y leche. Las fantasías futuristas yacen latigudas y blanduchentas y se desarman en la blanca sangre igualito que en mi cabeza. Alta intolerancia a la lactosa y a la frustración. El olvido es un aditivo tentador... sacarina para el corazón.

Tal vez porque somos perdedores ilusionados con la idea que la vida nos iba a dar un premio de consuelo.

Tal vez porque mi silencio suena a misterio, a monasterio abandonado a calvario voluntario.

Tal vez porque no hay preguntas para estas respuestas es que sigo inventando historias.

(sonido imaginario de fondo: By this river, de Brian Eno)

martes, 24 de julio de 2007

Lo que hecho de menos


Algunas veces ella, sí ella misma la de arriba, me mira con esa misma mirada, como exigiendo la respuesta a algún misterio terrible la cual sólo yo conozco. Y luego se vuelve a mirar lo que sea que esté mirando.
Hay gente que a veces me la recuerda. Me miran de la misma forma esperando un momento casi epifánico. Las pocas veces que he subido a la superficie lo he hecho por nada puntual, tan sólo para ver el mar y las montañas sin las rejillas de por medio. Para mirar a la gente o tomar el sol. Pero nunca falta esa gente que me mira con esa mirada y ya no me queda más remedio que volver la vista hacia otro lado, como hacia dentro mío y preguntarme qué es lo que buscan...

Ya me quedan pocos minutos y no traje más plata. Si usted es amable, podría tirar de vez en cuando unas monedas a alguna rejilla de la calle, así puedo venir al cyber a contarle lo que me pasa.

A propósito de nada, el otro día subí, hace tiempo, mucho tiempo que no había subido y qué demonios... estaba en los 80'!! y fue un susto porque un grupo de niñas pasó frente a mí e iban vestidas tan de pantalones flauta y esas chascas glam... igual al final me pierdo todas esas cosas, pero no me arrepiento, porque ya aprendí a vivir de lo poco que tenemos acá abajo.

Y ella ahora que la miro, está bastante à - la - mode...

viernes, 13 de julio de 2007

Silvia Ampuero


Silvia Ampuero no tengo idea cómo luce ni donde nació ni cuándo, ni nada, nada de ella. Tan sólo era el apodo sacado del nombre propio de una persona real, por el cual mi papa me llamaba cuando estaba de un humor más o menos livianito y didáctico.

Habrá algún padre que le diga Alicia a su hija cuando está de un humor especialmente alegre?

Creo que ella era una amiga de él o algo, o tal vez una pinche o amante o Dios sabe quizás qué...
Creo que un apodo debería tomarse más en serio. Hasta el día de hoy no tengo la más remota idea de por qué no me llamaba simplemente Alicia. Y por qué Silvia. Y quién demonios es Silvia Ampuero.

Fin del comunicado.





domingo, 8 de julio de 2007


El telescopio ya no la apunta

porque le dijeron - maraca -

ella ya no es un planeta

más bien una estatua.


Un jarrón

vacío

donde no florece

ninguna planta.